Anverso:
Escena exterior, donde se retrata a un campesino guiando una carreta llena de caña tirada por yunta. Detrás de él se observa una casa cercada y rodeada de árboles, hacia lo lejos se tienen montañas. La obra representa una escena propia de una hacienda azucarera, como las que existían en Tomayquichua, un paraje de Huánuco donde vivió el artista. La producción azucarera, sin embargo, ocurrió de forma más masiva en la región de la costa. En esta región los bueyes, las carretas y los arrieros habían dejado de ser utilizados en las principales haciendas azucareras desde la Primera Guerra Mundial, por lo que el artista rescata estos elementos como evocadores de una era pasada. Detrás del vehículo pueden verse los arcos de una casa hacienda tradicional y, como telón de fondo, las montañas cerrando el horizonte. La caña de azúcar fue introducida por los españoles en el siglo XVI, pero fue recién en el XVIII que su cultivo se volvió masivo en las regiones de la costa central y norte, así como en algunos valles cálidos serranos. Después de la guerra del salitre y hasta mediados del siglo pasado, el azúcar fue por muchos años la primera exportación nacional.